Te han abandonado tus Dioses o lo has hecho tu?
A través del tiempo y los lugares, hay cosas que toman formas distintas, como los dioses o las palabras. Otras siguen intactas, como la necesidad del ser humano para encontrar sentido a nuestra vida. Permitidme que proponga la alternativa: para vivir nuestra vida con sentido.
La primera nos cronifica en la búsqueda, la segunda nos posiciona en el centro del poder. Las dos nos ocurren según elijamos.
Anestesia es no-sentir. Imposible encontrar un sentido sumidos en todo aquello que nos aleja de él. Qué usas para desconectar? De qué necesitas desconectar mientras buscas el contacto, el sentido? Lo que evitas y lo que buscas yacen juntos, dónde estás tú?
Cuando las cosas no fluyen, cuando cuesta vivir, cuando estás insatisfecho con algo o cuando no te sonríe la fortuna, tus Dioses se han ido, te han abandonado. Abandonar es “dejar solo, sin atención ni cuidados”. Quien necesita cuidados y atención es un niño, un hijo. Quien provee y sacia las necesidades de otro es un Padre, una Madre, un cuidador.
Cuando de adulto, tus necesidades están desatendidas, quien está descuidándolas? Dónde vas a colocar esa responsabilidad? Dónde estás tú?
Me da igual cómo lo llames, o si crees que no existe. Allá donde resida el sentido que buscas es la puerta que tendrás que picar. Y si nadie contesta es porque no es esa puerta, tus Dioses siempre están en casa. Y si has dejado de buscar una puerta, pero sigues en tu anhelo* de encontrarla, ya estás a medio camino. Dónde estás tú?
Huérfano de Dios, pica a tu timbre.
*An-helo, proviene de “hālāre” (respirar). “Anhelare” (respirar con dificultad, jadear).